Las personas estamos en continua evolución, el mundo es cambiante y nos exige adaptarnos a él, su ritmo en ocasiones no encaja con lo que necesitamos, pero la mayoría de veces no podemos parar a observar cuáles son esas necesidades. Así que simplemente seguimos adelante.
El inicio de mi proceso terapéutico
Este es el punto en el que me encontraba hace varios meses, cuando por fin decidí empezar mi propio proceso de terapia. Mi cuerpo ya venía avisándome de que necesitaba un cambio (o varios) pero era más fácil ignorar el cansancio, el embotamiento mental, la dificultad para concentrarme y la ansiedad que parar y enfrentarme a ello.
Creo que esta es una de las razones por las que cuesta tanto iniciar un proceso de terapia: nos obliga a enfrentarnos a nuestros miedos, a mirar hacia dentro y a exponernos a la vulnerabilidad.
Llevaba poco más de un año trabajando como psicóloga, acompañando a varias personas en sus procesos (algo que me encanta) y por primera vez conecté con el miedo a saturarme tanto que empezara a odiar mi trabajo.
Mi proceso de trabajo personal me ha ayudado a conectar más con mis necesidades, adaptar en la medida de lo posible mi vida a ellas y no al revés, y a conocerme y saber atenderme cuando no es posible conseguir esos cambios externos.
Mi camino hacia la psicología
Pero si es la primera vez que llegas aquí, vamos al principio. Me llamo Irene y soy psicóloga general sanitaria experta en psicoterapia integradora, trauma y apego. No te voy a engañar, empecé la carrera de psicología porque nada me gustaba en especial.
Hice los 4 años de formación sin saber por qué especialidad inclinarme y mi último curso fue confinada en casa a causa de la pandemia. Finalmente me decidí por el máster de psicología general sanitaria para poder acompañar a otras personas a trabajar en ellas mismas, y fue haciendo las prácticas del máster donde todo cambió para mí.
Descubrimiento del enfoque trauma y apego
Durante las prácticas en el centro NB Psicología no sólo experimenté lo que era el vínculo terapeuta-paciente, aprendí otra forma de entender la psicología y conocí el enfoque integrador y de trauma y apego.
Fue una forma de entender las problemáticas de los pacientes que me encajó muy bien y es en lo que he seguido formándome.
La importancia de una evaluación personalizada
Para mí es muy importante hacer una evaluación inicial de cada caso donde pueda no solo conocer cuál es el motivo por el que alguien quiere empezar su proceso, sino qué cosas están pasando en su entorno en la actualidad, y también explorar qué cosas pueden ser relevantes de su pasado.
Al fin y al cabo, vamos formando quienes somos a través del tiempo. No hay dos personas idénticas y por tanto no puede haber dos formas exactamente iguales de hacer terapia porque no todos entendemos las cosas de la misma manera, ni tenemos las mismas creencias o los mismos aprendizajes. Mi objetivo es que cada persona pueda llegar a entenderse y atenderse de la mejor forma para ella.
Un proceso de autoconocimiento y regulación
Normalmente esto conlleva un trabajo profundo y para el cual es importante que ambos nos comprometamos. Requiere poder ir dándole un sentido a nuestra historia (presente o pasada si es necesario), aprender herramientas de conocimiento, identificación de emociones, sensaciones, pensamientos o conductas, trabajo con ellas, recursos que nos ayuden a regularnos y a cuidarnos.
Aunque por escrito puede sonar muy idílico, suele ser un proceso largo y fluctuante (a veces las sesiones nos aportarán calma, claridad y comprensión, pero también podemos vernos removidos durante el proceso).
La importancia de no apresurarse
Creo que la terapia es una herramienta muy potente de autoconocimiento, trabajo personal y regulación, pero es importante que no te presiones por empezar un proceso si no sientes que sea tu momento.
Esa es también una de las razones por las que he creado este espacio: me gustaría poder ayudarte estés en el punto que estés.
¿Cómo puedo ayudarte a través de este espacio?
La idea de este blog es poder compartir contigo recursos e información que te permita conocerte mejor, sentirte comprendido y tenido en cuenta y si llega el momento en que sientas que quieres dar el paso, puedas comenzar tu proceso de terapia.
En caso de que estés ya en ese punto, estaría encantada de poder acompañarte y caminar juntos en ese viaje interior.